Gracias al alquiler, un arrendador obtiene unos beneficios económicos. Además, su actividad contribuye a paliar el problema de la vivienda en nuestro país. Sin embargo, en algunas ocasiones la experiencia no es positiva para los caseros debido al comportamiento de los arrendatarios. Por ello, vamos a ocuparnos de los problemas más comunes que causan los inquilinos y de cómo intentar solucionarlos.
Los 10 problemas más comunes que causan los inquilinos
Desde no pagar el alquiler hasta mostrarse reacio a desocupar la vivienda, pasando por ocasionar daños en el inmueble o subarrendarlo, un inquilino conflictivo puede causar problemas de lo más diverso. Entre ellos, los siguientes son los más habituales.
1. Impago del alquiler
Una de las situaciones más incómodas para un arrendador es que su inquilino no pague el alquiler. En algunos casos puede deberse a una mala situación económica pasajera del arrendatario. Y en otros a que, una vez comunicada la decisión de abandonar la vivienda, deje de pagar la mensualidad a cuenta de la fianza.
2. Incumplimiento de las cláusulas del contrato
Cuando se redacta un contrato de alquiler, un inquilino se compromete a cumplir una serie de cláusulas. Por ejemplo, no tener niños o animales de compañía en casa. Pero algunos arrendatarios no las cumplen. Y es entonces cuando surgen los conflictos entre ambas partes.
3. Impago de suministros
Precisamente, uno de los puntos que suele precisarse en un contrato de alquiler es el pago de los suministros. Para evitar complicaciones, es aconsejable que los gastos de electricidad, gas, agua, etc., se pasen a la cuenta bancaria del inquilino. Así será él quien deba asumir responsabilidades en caso de no satisfacerlos.
4. Reformas sin autorización
Según establece la Ley de Arrendamientos Urbanos, los inquilinos no están autorizados a realizar obras en la vivienda alquilada sin el consentimiento por escrito del casero. A pesar de ello, algunos arrendatarios no solicitan dicho permiso y llevan a cabo reformas y modificaciones en el inmueble.
5. Desperfectos en la vivienda
Otro de los problemas más comunes que causan los inquilinos son los desperfectos en la vivienda. Por ello es tan importante que, antes de arrendar un inmueble, el casero adjunte un inventario de bienes con fotografías al contrato de alquiler. De esa forma podrá reclamar daños al arrendatario.
6. Subarrendamiento del inmueble
Volviendo a la Ley de Arrendamientos Urbanos, dicha norma permite que una vivienda alquilada sea subarrendada de forma parcial. Siempre y cuando, eso sí, el inquilino obtenga un consentimiento por escrito del casero. No obstante, aunque se cumpla dicho requisito, el subarrendamiento es origen de controversia.
7. Actividades ilícitas o molestas
De igual manera, a los arrendadores les preocupa que el inmueble alquilado sea destinado a otro fin distinto al descrito en el contrato –por ejemplo, para llevar a cabo algún negocio ilegal–. Y también que se provoquen molestias debido a unas malas condiciones de salubridad o por hacer ruido más allá del horario permitido.
8. Conflictos vecinales
Asimismo, esas molestias podrían traducirse en conflictos vecinales. Si los vecinos se quejan de la conducta de los inquilinos en el inmueble o en la comunidad, el casero se verá obligado a responder por dicho comportamiento.
9. Mala sintonía entre casero y arrendatario
Entre los problemas más comunes que causan los inquilinos también se encuentra la mala sintonía entre el casero y el arrendatario. Inicialmente, la relación entre ambos suele ser respetuosa. Pero con el paso del tiempo, la misma podría enfriarse a causa de las diferencias que surjan entre ellos.
10. Resistencia a entregar las llaves
Por último, finalizada la relación contractual entre casero e inquilino, o al solicitarle a este último que abandone el inmueble, puede darse el caso de que el arrendatario se resista a desocupar la vivienda y entregar las llaves. En un escenario así, lo más probable es que toque emprender acciones legales contra el inquilino.
¿Cómo actuar ante inquilinos molestos?
Ciertamente, la situación ideal es aquella en la que los inquilinos pagan la renta puntualmente y no generan ningún conflicto. Pero, desgraciadamente, no siempre es así… Cuando los arrendatarios dan problemas, es recomendable poner en práctica una serie de consejos:
- Dialogar con el inquilino. Es de sentido común. Lo primero que se debe hacer cuando surgen conflictos es intentar arreglarlos por las buenas. Hablar personal o telefónicamente con el arrendatario, empleando un tono cordial, puede dar sus frutos a la hora de solucionar un problema.
- Acudir al presidente de la comunidad de vecinos y al administrador de la finca. Si las molestias causadas por el inquilino afectan a los vecinos, es fundamental reunirse con el presidente de la comunidad y el administrador de la finca para hacer fuerza. Una de las funciones de este último es ejercer el rol de mediador en las comunidades de propietarios.
- Confiar en profesionales. Si, finalmente, el arrendatario no entra en razón, tocará ponerse en manos de abogados. Ellos se encargarán de enviar un burofax al inquilino documentando las reclamaciones. Y advirtiéndole que, en caso de no resolverse el conflicto, se iniciarán las acciones legales oportunas.
¿Qué hacer si el inquilino no paga el alquiler?
Como se ha comentado anteriormente, uno de los problemas más comunes que pueden causar los inquilinos es el impago del alquiler. Si la deuda se prolonga en el tiempo y, por lo tanto, el importe a satisfacer va incrementándose, el arrendador se verá obligado a actuar. Para hacer valer sus derechos, los expertos aconsejan proceder de la siguiente manera:
- Para empezar, como se ha comentado anteriormente, intentar llegar a un acuerdo amistoso. Quizás se trate de algo pasajero y el arrendatario comience a pagar las mensualidades atrasadas en breve.
- En caso contrario, el asunto ha de trasladarse a profesionales. Estos se servirán de medios como un burofax, un conducto notarial o un acto de conciliación judicial para intentar que el inquilino pague sus deudas.
- En el supuesto de que continúe sin satisfacerlas, habrá que ir a juicio con el objetivo de reclamarlas y/o solicitar un desahucio.
¿Cómo evitar impagos de alquiler?
En definitiva, no satisfacer la renta pactada es uno de los problemas más comunes que pueden causar los inquilinos. Con el fin de evitarlo, desde Cleverea compartimos trucos para alquilar una casa con seguridad.
Obviamente, uno de ellos es seleccionar a los inquilinos y estudiar su solvencia. Pero, aunque se piense que se ha acertado con su elección, no siempre se acaban obteniendo los resultados esperados…
Si un casero desea tranquilidad, contratando un seguro de impago de alquiler dormirá mucho mejor. Este tipo de póliza cubre hasta 12 meses de deudas e incluye varias coberturas –entre ellas, asesoramiento jurídico, daños en la vivienda y acción de desahucio.
Sin duda, un arrendador se sentirá mucho más respaldado con este tipo de seguro, ya que cubre el pago del número de rentas adeudadas establecido en la póliza.