Lo más acertado es acudir al propio concesionario para comprar una moto de segunda mano, pues en ellos no solo encontramos vehículos nuevos, sino también usados. Ten presente, además, que en estos establecimientos nos ofrecen una garantía legal de 12 meses, además de ocuparse de inspeccionar previamente la moto a fin de asegurarse de que se encuentra en buenas condiciones para su venta.
En cambio, si recurrimos a un particular, solo contaremos con la palabra del vendedor y nos exponemos a determinados riesgos en el caso de que la moto no se encuentre en un óptimo estado. Es en estas situaciones donde resulta crucial que nos paremos a revisar algunos aspectos. Pero ¿Cuáles son estos? Presta atención a todo lo que sigue, pues te puede ser muy útil llegado el momento.
¿Cómo comprobar el motor al comprar una moto de segunda mano?
En primer lugar, ten presente que las apariencias en ocasiones engañan. Por lo tanto, no te fíes nunca del aspecto, pues puede lucir como nueva, pero es posible que arrastre todo un muestrario de averías y reparaciones que han quedado borradas tras una visita al mecánico. Una vez dicho esto, pasa revista a todas estas cuestiones:
- Fíjate en el cuentakilómetros, aunque, por supuesto, somos conscientes de que este aparato se puede trucar, pero aún así su manipulación deja huellas. Te aconsejamos que prestes atención a elementos como el asiento desgastado o indicaciones borradas que únicamente un uso intensivo pueden explicar.
- Atención a los posibles golpes, pues pueden existir desperfectos como roces o golpes en el chasis, los retrovisores, los estribos o las manetas, entre otros.
- Examina el desgaste de las piezas como el kit de arrastre, el piñón, las ruedas, los frenos o la cadena.
- Escucha y revisa el motor, pues cualquier ruido extraño puede delatar problemas en su funcionamiento. Inspecciona que no haya fugas ni escapes de aceite.
- Siéntate en la moto e incluso da unos pequeños saltos para asegurarte de que la amortiguación funciona bien.
- Comprueba el estado de los rodamientos de las ruedas, así como el basculante y la dirección.
Si alberga dudas, es una excelente idea que lleves la moto a un taller para que un mecánico revise todos los engranajes y te pueda garantizar que todo funciona al 100%.
¿Los kilómetros al comprar una moto de segunda mano son reales?
Es evidente que uno de los aspectos más peliagudos de la compra de una moto de segunda mano es el tema del cuentakilómetros, también llamado odómetro, pues se puede trucar para que refleje menos kilómetros de los realmente recorridos.
Aunque cada vez son más complejos y difíciles de manipular, estos aparatos suelen ser el objetivo de los trucajes. Para evitar engaños, te aconsejamos que consultes los registros que se hayan hecho en las revisiones de la ITV. Puedes optar también por acudir al servicio oficial de la marca, ya que ahí disponen de unas herramientas que son capaces de reconocer si el odómetro ha sido alterado.
¿Y qué pasa si ha sido finalmente trucado, pero ya la has comprado? En esta situación, te recomendamos que optes por alguna de estas vías:
- Trata de alcanzar un acuerdo con el vendedor para que te compense por ese dinero extra que has desembolsado por la moto trucada.
- Reclama ante el Sistema Arbitral de Consumo.
- Acude a la vía judicial. Recuerda que esta última opción solo será posible si has denunciado previamente ante la entidad de Consumo pertinente y siempre que no hayan pasado tres años desde la compra. De lo contrario, prescribirá.
Al comprar una moto de segunda mano, comprueba bien todos los papeles
Cuando adquieras una moto, recuerda que es muy importante supervisar todos los documentos:
- Examina la ficha técnica en la que se describen las características legales del vehículo.
- Asegúrate de que ha pasado la correspondiente ITV. En el caso de que no cuente con ella, es posible que puedas negociar un precio algo más barato. En cualquier caso, recuerda que si no tienes la ITV es importante que te fijes en que las ruedas son las originales, así como el tubo de escape, los espejos retrovisores, el claxon y las luces. Conviene destacar que si no son las originales y no están homologadas, difícilmente pasarán el examen de la ITV.
- Pide el permiso de circulación, pues en esta hoja debe constar la fecha de matriculación, así como los datos del propietario y otros detalles como el número de chasis y uso (es decir, vehículo particular, público…).
- Solicita el recibo del pago del impuesto municipal de circulación, ya que debemos asegurarnos de que el titular está al corriente del pago de todos los impuestos.
- Pide a Tráfico un informe de la moto antes de realizar la operación. Así, podrás averiguar si sobre la misma pesa un embargo por algún impago o incluso una multa. Para ello será necesario el DNI del propietario y la documentación. Podrás realizar esta gestión incluso por Internet. Este informe recoge información muy valiosa que te será de gran utilidad.
Por último, nos vas a permitir que tiremos de refranero porque, como ya sabrás, “hombre o mujer precavido vale por dos” y este caso no es una excepción. Por lo tanto, te recomendamos que te descargues un formulario oficial de la Dirección General de Tráfico (DGT). Este contrato obliga al vendedor a responder en caso de cualquier reclamación y es probable que sea la única manera de demostrar que la moto te pertenece hasta que se tramiten los nuevos papeles. Recuerda consignar la fecha y la hora de la operación.
En suma, ya has visto que comprar una moto de segunda mano requiere que tires de cierta astucia y que te espabiles, pues debes hacer un esfuerzo extra para asegurarte de que todo está perfecto. No obstante, si te parece un poco abrumador, siempre podrás acudir a un concesionario donde suelen tener un amplio muestrario de motos de segunda mano con todas las garantías para el comprador.